jueves, 29 de mayo de 2014

Préstamos de otras lenguas.

Los préstamos que incorpora el argot tienen origen diverso. Dependiendo de la época y del campo léxico éstos han tenido una procedencia e intensidad diferentes. Son un reflejo de la relación que han mantenido las culturas y las lenguas a lo largo de la historia.
En la actualidad, los anglicismos y términos del slang poseen un gran dinamismo tanto en la lengua española como en el argot de los delincuentes. En este último se restringen casi por completo al campo léxico de la droga, aunque dada la influencia del inglés, por ejemplo, a través de la música, han invadido otros ámbitos. Esta relación entre el argot español y el slang se produce por diversas causas, entre las cuales destaca el hecho de que una gran parte del narcotráfico tenga lugar en campo norteamericano al igual que la fabricación de las drogas de “diseño”.
Distinguimos dos tipos de préstamos:
-          Préstamos léxicos, importación o préstamo patente, los cuales importan directamente una lexía extranjera sin apenas modificación fonológica o gramatical de la lengua nativa. Constituyen, en muchos casos, verdaderos neologismos en la lengua receptora. Entre paréntesis situamos el término inglés y su significado primitivo, aunque cabe tener presente que el sentido que se toma prestado en el argot español procede del slang o argot inglés, en el cual ha tenido lugar una variación semántica: así, por ejemplo, business “negocio” se ha transformado en el propio slang en “tráfico o trato de drogas”, y con este sentido pasa al argot español.  Dos préstamos escapan a esta explicación, ya que no pertenecen al campo léxico de la droga y conservan el significado primitivo sin modificaciones: broder ‘hermano’ (de brother) y killer ‘asesino’. Otros dos plantean dudas respecto a si el slang adopta este sentido, pues no se documentan en diccionarios de este tipo de argot: mail ‘cigarrillo de droga’ (del sustantivo mail ‘correo’) y convoy ‘tráfico de estupefacientes’.
En numerosos ejemplos se ha producido una adaptación grafémica y fonética, aunque respecto a la primera se debe añadir que los informantes no han escrito estas voces. Si las hubieran transcrito, probablemente la adaptación hubiera sido mayor, ya que no saben hablar ni escribir en inglés.

-          Apuntamos como segundo tipo los calcos idiomáticos o préstamos semánticos, en los cuales el vocablo de la lengua receptora recibe nuevos semas, se relexifica. Es más difícil de determinar que el anterior. Por ello, para indicar que se trata de un calco, se sigue el estudio de F. Rodríguez (1944), quien efectuó una datación y contraste de estas voces en inglés, ejemplos como: barra ‘porción de hachís’ (bar), blanca ‘heroína’ (White power),  caballo ‘heroína’ (horse), ciego ‘estado de alucinación causado por las drogas’ (blind), etc.
La importancia y repercusión de estos préstamos del inglés reside no sólo en la frecuencia de aparición de las voces, sino en que han logrado formar sus derivados: espid (espitar, espitoso), chute (chutarse, chuta), flipar (flipe), etc. Estas formaciones emplean tanto sufijos propios del español como los del argot delictivo y los pertenecientes a registros informales, como son las voces nos documentadas en el corpus (drogota, esnifada, flipota, flipeta…).
En cualquier caso, consideramos significativo no la cantidad de préstamos, sino la función. Los que denominan sustancias o acciones para las que no existía una designación anterior, como es el caso de éxtasis, espidbol, espitar, etc., adquieren una función designativa. El resto se incluirían en dos grupos. Los calcos intensifican el sentido por la transformación semántica: pavo, mono o sábana (añaden humor, degradación, etc.), y se integran simultáneamente en la función expresiva y cohesiva. Los restantes préstamos léxicos son reducidos y se englobarían en una función de intentar mostrar algo propio y personal de grupo, extraño a la lengua general, y cohesionar a sus hablantes.
Los galicismos son muy escasos y giran en su mayor parte en torno al mundo de la prostitución. Son voces bastante antiguas  y han trascendido al argot común.
Los italianismos del argot son también reducidos.
Hay otros argots y jergas que también influyen en el del delincuente.  A partir de estos préstamos se observan las relaciones que mantienen los delincuentes con otros medios.

BIBLIOGRAFÍA:
- Sanmartín Sáez, Julia (1998). Lenguaje y cultura marginal. El argot de la delincuencia. Valencia: Universitat de València.


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