P. Pollitz (1933)
considera el lenguaje de la prostituta como diferente del de los otros
delincuentes y afirma que se ha conservado muy poco de este argot peculiar. Más
que un lenguaje diferente, en la actualidad concebimos este argot como un campo
léxico más, al igual que los restantes, dada la estrecha relación entre los
miembros de la delincuencia y la repercusión de algunos factores aglutinantes,
como la droga o la cárcel. La configuración de la delincuencia hoy en día nos
permite señalar que esta relación se mantiene, sobre todo por el motivo
anteriormente indicado: la adicción a las drogas.
En los años noventa este
léxico apenas comprende unas cincuenta voces. Voces agrupadas en función de una tipología de la prostitución:
Prostituta:
-
Genérico:
lumi
-
De
baja categoría: lumiascona, tirada,
buscona, pelleja
-
De
bar: de alterne.
-
Joven:
lacorrilla
-
De lujo: parisina
-
Tipo
de relación sexual: ama / sumisa
Proxeneta:
-
Genérico:
macarra, chulo, macró, cacero, macaco,
maridos al plato, palero…
-
De
baja categoría: macarrón de bocadillo.
-
De
elevada categoría: barbó, macarrón de
chaqueta.
-
Para
la policía: maleta.
Regenta de un prostíbulo:
-
Madam, mami, jamba del club
Cliente:
-
Genérico:
poniente, putero, paganini, cabrito
Hombre que se prostituye:
-
Con
otros hombre: chapero
-
Con
mujeres: gigoló
Todos estos son sólo unos
ejemplos del número de voces existentes.
Cabe destacar que la
prostitución ya no es una “profesión”, sino un medio de conseguir dinero para
obtener drogas. Algunas de las mujeres drogadictas para obtener dinero hurtan,
trafican con estupefacientes o se prostituyen. Forman parte del escalón
inferior de la prostitución: ocupan, además, los espacios periféricos frente a
los centrales. Algunas han dejado esta actividad para dedicarse al tráfico de
estupefacientes, ya que es más rentable.
La “profesión” se ha
perdido con la consiguiente repercusión lingüística. Esto comporta que las
informantes, a pesar de prostituirse, desconozcan la mayoría de estas palabras,
como son las referidas a determinado clientes.
La prostitución es nuestros días no
constituye una actividad delictiva, según el código penal, solo la inducción a
la prostitución de menores de edad.
BIBLIOGRAFÍA:
- Sanmartín Sáez, Julia (1998). Lenguaje
y cultura marginal. El argot de la delincuencia. Valencia: Universitat de
València.
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