jueves, 29 de mayo de 2014

La droga.


La droga en sí misma no se presenta como un espacio diferente al del delincuente en libertad (aunque generalmente se trafica en determinados lugares), pero tanto por la importancia que ha cobrado en la actualidad como el hecho de poseer sus propios actantes, objetos y acciones, conviene considerarla como un campo léxico diferente al resto. El argot de la droga es el más común y universal entre las lenguas, puesto que se trata de simples traducciones a partir de la lengua que le ha dado el nombre argótico por primera vez. Sucede de este modo por la creciente expansión y comercialización rápida, al igual que por las numerosas relaciones que vinculan a sus consumidores; esto le conduce a buscar un léxico fácilmente inteligible para todos, un argot interlingüístico.
El mundo de las drogas conlleva una serie de procedimientos y de peculiaridades que se reflejan en su argot. Las aportaciones se relacionan con aspectos muy concretos, sobre todo, con la forma de consumir droga. Ésta se puede introducir por vía intravenosa (chutarse; yonqui de vena); quemar y aspirar (chino; yoqui de base) o bien aspirar directamente (yoqui de troncha). Igualmente, tanto la heroína como la cocaína se pueden pinchar o inhalar. Para introducirse la droga por vía intravenosa, el drogadicto extrae la sangre previamente con la jeringuilla y después introduce aire y droga en un movimiento continuo de bombeo.
Este campo tiene un gran número de sinónimos:

-          Fumeta, porrero, drogota, grifota ‘drogadicto’
-          Enganchado, pillado ‘adicto a las drogas’
-          Mula, correo, burra, ‘mujer que trafica con drogas introduciéndola en su cuerpo’
-          Plajear, fusimelar, ‘fumar’
-          Esnifar, ir de raya, grifársela, ‘inspirar droga’
-          Chutarse, pincharse, meterse, ‘inyectarse droga’
-          Porro, canuto, mail, quiqui, peta, petardo, yoint, ‘cigarrillo de hachís’

Entre muchos otros.
El gran número de sinónimos indica una elevada dispersión, probablemente porque es el campo de mayo capacidad de innovación en la actualidad y no exige la precisión ‘profesional’. Además, la adicción es compartida por un considerable grupo de hablantes que también contribuyen con sus creaciones. En la actualidad el consumo de drogas se ha generalizado entre algunos jóvenes. La droga forma parte de su cultura (de su manera de divertirse) y constituye un elemento de unión entre los jóvenes que comparten este sistema. Por lo tanto, se convierte en una forma de integrarse en la cultura juvenil.
En general este campo léxico se ha formado por préstamos del slang o argot inglés. Cuando existe una diversidad de sinónimos, préstamos frente a términos propios dela lengua nativa, el hablante prefiere porro / mail; caballo, etc. Se prefiere igualmente el calco semántico al préstamo léxico cuando existen ambas posibilidades: mono / monki.
La adicción no distingue edades ni sexos y actúa como un factor de homogeneización. Asimismo, la dependencia del individuo influye en su perfil psicológico en una doble vertiente, por una parte, disminuye su capacidad de razonar, su agilidad mental; por otra, convierte al delincuente en una persona agresiva y con una falta de respeto hacia la propia existencia, como es, por ejemplo, continuar con su adicción en un medio sin condiciones de higiene, con el consiguiente peligro de contraer el sida.


BIBLIOGRAFÍA:
- Sanmartín Sáez, Julia (1998). Lenguaje y cultura marginal. El argot de la delincuencia. Valencia: Universitat de València.


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